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La posibilidad infinita

Entrevista a Bernardo Barreto

Publicado: 2020-10-31

Por: Melissa Torres Fabián / Fotografía: Jose Vera Visagel


Bernardo Barreto (Lima, 1959). Artista plástico peruano de amplia trayectoria. Estudia pintura y grabado en la Facultad de Arte de la PUCP (1977-1980). Continúa su educación artística en el Taller 72 de grabado. En 1984 viaja a Nueva York, y es becado por The School of Visual Arts y el Center for Media Arts. Asiste a clases en The Art Students League. En 1986 forma parte del proyecto de restauración de la Biblioteca Pública de Nueva York. Desarrolla el arte del performance y la proyección fotográfica. Participa en numerosas muestras de pintura y fotografía entre Perú, Estados Unidos, Alemania, Inglaterra, Francia, Hungría, Bulgaria, Cuba y Venezuela. Ha sido ilustrador en diversas publicaciones editoriales entre las que destacan las revistas Monos y Monadas, Caretas, Puente y Vuela Pluma. Ha sido docente en la especialidad de dibujo del Instituto de Arte Toulouse Lautrec y en talleres particulares. Participa activamente en The Graphic Artists Guild de Nueva York, entidad que protege los derechos de los artistas. Actualmente forma parte del Grupo Desbordes.


En el 2011 fue tu última individual ¿Cómo sientes que han sido los cambios en el sector de las artes plásticas en nuestro medio?
Me parece que no han habido demasiados cambios. He visto el trabajo de algunos grupos jóvenes en galerías alternativas y me parece que están haciendo su trabajo de acuerdo a los tiempos que se viven. Van creciendo, pero con esta pandemia muchas cosas van a cambiar.
En tu opinión, las condiciones para la promoción de los artistas y sus proyectos personales ¿Han mejorado?
En el campo de la comunicación entramos en una etapa de cambios radicales, luego de la aparición del Covid19 vivimos en el “no sabemos”. En estos momentos estamos como en el limbo, sin poder manejar el futuro y viendo colapsar el pasado rápidamente.
¿Qué motivó la pausa en tus presentaciones en solitario? ¿Influyó el hecho de que empezaras a presentarte en proyectos colectivos?
En parte sí. Necesitaba un descanso, pero a la vez necesitaba el contacto con un grupo de gente que discutiese enserio el arte. De esa manera enriquecí mi trabajo individual al tiempo que trabajaba en los proyectos grupales. He estado trabajando en la búsqueda de algo inasible e intuitivo, lanzándome a una exploración dentro del campo del arte no figurativo, un camino desconocido y de descubrimientos a veces maravillosos. Creo que tampoco quería sentirme presionado por exponer sino por experimentar tranquilo y darme mi tiempo para ir cocinando las ideas. Ha sido un proceso muy interesante y el resultado es esta muestra en Tierra Baldía, muy distinta a mis propuestas anteriores.
Tras haber desarrollado una línea gráfica figurativa ¿A qué se debe tu regreso a la abstracción? ¿Influye el contexto actual en tu vuelta al color y a la gestualidad pictórica?
Definitivamente el contexto influye de manera inconsciente. Aunque en este caso parte de una búsqueda personal, eliminando el personaje para no distraerme de lo que existe detrás, eso desconocido que va guiando el proceso y que genera posibilidades infinitas.
¿Es tu tríptico «Lima la horrible» la obra que precede a esta nueva serie?
Lima la horrible es la serie que marca el cambio en mi perspectiva a través del reconocimiento de las manchas, las cuales van más allá de los personajes. En estas piezas aún se cuenta una historia con personajes reconocibles, es decir, la historia se cuenta a sí misma debido a lo automático del proceso.
¿Cómo describirías el proceso creativo que te llevó a «Pinturas 2020»?
Lo describiría como un flash, es el trabajo realizado desde marzo de este año hasta el día de hoy, coincidiendo con la pandemia y el encierro y de allí el deseo de abrir ventanas hacia afuera y hacia adentro. Un flash que corresponde a un momento que se tenía que dar sin forzarlo.
Además de ser ventanas, ¿el cuadro «La pareja» retrata una escena o es más un discurso en torno a las relaciones humanas?
La pareja es definitivamente la expresión de lo que ocurre en este estado de confinamiento. Es un proceso interesante ya que hay que confrontar muchas cosas nunca antes cuestionadas. De allí viene lo introspectivo. Hemos pasado por el paisaje, la intimidad y luego el encuentro con uno mismo. Una confrontación con el pasado y el presente. La tensión que aparece en algunos de los últimos trabajos de la serie.
¿Crees que tu conocimiento en fotografía ha influido en tu forma de percibir la realidad para expresarte de forma abstracta?
No directamente, pero creo que toda experiencia en diferentes campos enriquece a los otros así como la vida que nos va enseñando cosas. Uno espera que se vea representado en el trabajo ese peso que da la experiencia.
En este momento estamos enfrentando circunstancias excepcionales ¿Qué sensación te deja exponer bajo la nueva normalidad en un espacio cultural como Tierra Baldía?
Como todo, es una experiencia nueva que de alguna manera se encuentra con mi búsqueda. Ha sido un encuentro casual en circunstancias poco usuales. La calidez del local y su gente ofrece un refugio y descanso de este laberinto que nos toca vivir.

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