Por: Melissa Torres Fabián / Fotografía: Angel López Pilco
Marcelo González Rocha (Lima, 1984). Deportista especializado en boxeo y artista plástico autodidacta. Ha participado desde el 2002 en exhibiciones de salas de arte y espacios culturales dentro y fuera del país, como Italia, Argentina y Colombia, entre otros. Influenciado por el expresionismo, tendencia estética que destaca el gesto del artista sobre la forma a través del color, crea figuras antropomórficas con presencia de elementos de poder y tensión, ejemplos de fuerza y vitalidad, armonía y drama.
- ¿Qué significa ser artista residente de Tierra Baldía? ¿Desde qué año inicias tu relación laboral con el espacio cultural y qué beneficios aporta a tu carrera como artista emergente?
- Para mí Tierra Baldía es un lugar íntimo, ver mis cuadros en exhibición me da la sensación de encontrarme en mi taller o en mi casa. Vengo exponiendo por tres años consecutivos y me siento muy cómodo en el espacio cultural. No solo se trata del local sino también del trato que se nos da a los artistas. Los beneficios obtenidos en todo este tiempo son visibilidad al público, comunicación en prensa, por mencionar algunos, pero lo más importante es la relación que se da entre mi obra y la casa cultural.
- ¿A qué se debe el nombre de la serie? ¿Se relaciona con la situación global o tu vida personal y afectiva? ¿Cómo influye esto en tu trabajo?
- Estado de emergencia, nombre de la serie, se debe a la coyuntura que estamos viviendo. En lo personal este acontecimiento me obligó a tomar una pausa mental y física, donde tuve que aterrizar de golpe. Mientras mucha gente tuvo crisis, sudores, humores o cambios físicos, yo encontré la magia en la pausa, esa que necesitaba para desarrollar y madurar mi trabajo.
- El cuadro más grande de la serie lleva por título «Lorenzo» ¿Cómo interpretamos esta obra, hay una historia detrás de ella?
- Son cuatro años y más que espero de un ser increíble, esto me deja un mensaje de lucha de que la vida no es como uno cree o proyecta. Lorenzo es mi pitbull, tiene un cáncer agresivo pero sigue en pie de guerra a punta de mucho amor, comida sana y calidad de vida.
- Observamos que esta producción contiene obras con menos color ¿Es parte de la propuesta presentar piezas con estas características?
- Sí. Se deben a la pausa que encontré. Una pausa que me permitió darle vuelta a las ideas, esas aguas profundas a las que nos lleva el miedo y la incertidumbre.
- ¿Cómo distribuyes tu tiempo entre la pintura y el deporte? ¿Qué encuentras más satisfactorio, entrenar o crear?
- El tiempo siempre lo tenemos. Hay 24 horas donde puedo pintar, entrenar, trabajar, estar con mis hijos. Solo se trata de buscarlo y darle su espacio a todo.
- ¿Se ha visto afectada la promoción de tu trabajo con la coyuntura del COVID-19? ¿Tuviste que cancelar alguna actividad durante este año?
- Sí, tenía unos proyectos para este año, en principio se detuvieron por la coyuntura, pero bueno hay que darle la vuelta a todo y reinventarnos para seguir avanzando.
- ¿Qué reflexión te deja exhibir en esta nueva normalidad? ¿Qué proyectos siguen para ti tras el cierre de «Estado de emergencia»?
- En principio todo es raro. Son nuevas las formas de estar en la calle, en los espacios cerrados, etc. Pero me gusta enseñar mi trabajo, no hay mejor anécdota para contar a mis hijos que expuse en una pandemia, en una realidad de mascarillas. Mi plan a futuro es una pequeña pausa en mi trabajo artístico para regresar con nueva información para mis próximos proyectos.